La idea de hacerle un twerking (no sé si estoy empleando bien la palabrita) a Santa Claus no fue lo más previsible del mundo, pero tampoco era una idea descabellada. Desce que explotó todo su potencial para el dichoso baile, le encanta llamar la atención con ello. Y que mejor que bailarle al mismísimo jefe de la navidad.
Ahora la gente tiene una razón más para ir a verla. La primera es (espero) y será la música (la chica canta genial). Luego, viste atuendos muy provocativos y llamativos, y casi siempre con poca tela de por medio. Y ahora habrá un porcentaje de la audiencia que esperará que "Hannah Montana" agarre a algún desconocido del elenco, de la banda, del pasillo, de donde sea, y empiece a moverse al ritmo de la música.
La pregunta sería ahora: ¿Qué vendrá después? Twerking con "Obama" el 4 de julio, twerking con la bandera el 14 de junio, twerking con Freddy Krueger el 31 de octubre, ¿Twerking conmigo en mi cumpleaños?
Me intriga saber quién será la próxima "víctima". A quién Miley escogerá para bailar con el trasero de frente.
Foto: Miley Cyrus en Los Ángeles, en el Jingle Ball
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